BUENOS AIRES, miércoles 20/03/19.- Una ex policía de Long Beach, Estados Unidos, se declaró culpable de homicidio involuntario tras dejar a su hija de tres años dentro de una patrulla. Cassie Hope Barker, de 29 años, confesó ante la Justicia que dejó a la pequeña encerrada, cuando era oficial, para poder tener sexo con su jefe.

Cheyenne Hyer, la hija de Barker, fue encontrada muerta dentro de la patrulla de la policía de su madre en el condado de Hancock en 2016.

Según los informes, la mujer dejó a la niña en el automóvil para ir hasta la casa para hablar con su supervisor después de terminar su turno. Las autoridades dicen que ella tuvo relaciones sexuales con su jefe y se quedó dormida dentro de la residencia. La policía dijo que Cheyenne estuvo en el vehículo durante largas horas.

“No sé qué podría hacer para ti, que podría ser peor que lo que ya has experimentado… Siempre estarás encerrada en la prisión de tu propia mente”, le dijo el juez, que pidió más tiempo para considerar la sentencia. La Fiscalía solicitó 20 años de prisión.

Todavía está pendiente una demanda presentada por el padre de Cheyenne contra el Departamento de Policía de Long Beach y los Servicios de Protección Infantil de Mississippi. Ryan Hyer está demandando a las dos agencias por negligencia en el cumplimiento del deber.

Los abogados de Hyer, Matthew Mestayer y Dianne Ellis, dijeron que Barker dejó a Cheyenne sola en un automóvil antes de su muerte. La demanda alega que la policía de Long Beach y los Servicios de Protección Infantil no tomaron medidas suficientes para garantizar que no volviera a suceder porque esto ya había ocurrido.

“Nadie debe estar por encima de la ley, especialmente los encargados de defenderla”, dijo el abogado de Hyer, Mestayer.

El padre de la menor que perdió la vida en el auto, señaló: “Cada vez que cierro los ojos, me imagino su sufrimiento y luego la imagino acostada en este ataúd”.

Y concluyó: “Como padres, se supone que se debe proteger a su hija, pero Cheyenne se fue porque su madre no la protegió, no una, sino dos veces. Que Dios tenga misericordia de su alma”.

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