MÉRIDA, Yucatán, miércoles 20/03/19.- El director de la JAPAY Sergio Chan Lugo afirmó que es urgente y necesario cambiar equipos, maquinaria y tapar fugas, ya que “la ciudad de Mérida se encuentra en la delgada línea de tener suministro de agua potable y un colapso del servicio”.

A cinco meses de tomar el cargo, el nuevo director solicitó un diagnostico completo de las condiciones de la dependencia, en la que actualmente están en “números negros”.

Precisó que el pago por la energía eléctrica se triplicó en el primer bimestre de este año, ya que en febrero del año pasado el pago por el servicio de energía fue de 3.4 millones y en el mismo mes pero de este año facturaron 8.4 millones.

Así mismo, expuso que las prioridades urgentes en la JAPAY son refaccionar equipos y materiales de las plantas, atender fugas y desperdicios e invertir en energías renovables para reducir el pago por facturación eléctrica, sin embargo es algo difícil de realizar de la “noche a la mañana”, ya que la dependencia sólo recibe anualmente $400 millones.

Chan Lugo destacó que en el bimestre enero-febrero 2019 el número de quejas en contra de la dependencia se elevó a un total de 443, contra 326 que tuvo en el mismo período de 2018.

En actualidad, la capital yucateca se cubre con 4 plantas y con ellas operan 85 sistemas autónomos que surten a la zona norte de la ciudad y cuyo crecimiento va en franco aumento.

En cuanto a las plantas, expuso que la más antigua es la Mérida I, inaugurada en 1972, hace 47 años, cuando se instalaron las tuberías por toda la ciudad y surte el 30 por ciento del agua de la población de la ciudad, primordialmente, el sur de la ciudad de Mérida, el centro y las colonias antes del Circuito Colonias de Mérida.

La planta Mérida II (ubicada por Umán) cubre la zona poniente de la ciudad, la Mérida III surte al oriente de Mérida y la IV la zona de Ucú y Ciudad Caucel.

En este momento la paraestatal cuenta con 916 empleados y, según el entrevistado, se generarán mejores condiciones de percepción económica debido a que el personal de campo tiene exigencias cada vez mayores para atender fugas.