MÉRIDA.- Con el cambio de sede del Carnaval, el alcalde Renán Barrera Concha salvó un poderoso escollo en su camino en busca de la gubernatura, ya que quedó bien con los poderosos empresarios, aunque tuvo que montar un tremendo “show” para lograrlo, que incluyó la integración de un comité que realizara el estudio que concluya que Xmatkuil es el lugar ideal. Se espera que ahora el alcalde reciba “fuego amigo” de parte de los panistas extremistas, que le pidieron que no cambie la sede a Xmatkuil, con el pretexto de que el gobierno estatal controlaría el festejo, por ser el dueño del recinto ferial.

La historia es la siguiente: Cuando se propuso el cambio de sede del Carnaval hubo voces a favor y en contra; sin embargo todo marchaba bien, de modo que cuando el gobierno estatal confirmó que daría las instalaciones de Xmatkuil un grupo de panistas extremistas se opuso al proyecto y llamó al alcalde y se lo dijo, en tono casi de amenaza.

El absurdo pretexto de esos panistas, que a final de cuentas es una falacia, era que la comuna perdería el control del Carnaval, porque el gobierno estatal es dueño del recinto y haría lo que quisiera.

Pobres argumentos mezclados con mentiras, ya que Xmatkuil es una comisaría meridana, es decir donde gobierna el Ayuntamiento y el encargado de hacer todos los trámites y entregar permisos sería a Comuna. Lo único que buscaban esos panistas era la confrontación, único camino que saben para hacer política, debido a su falta de capacidad política para crear consensos.

A fin de no pelear con los poderosos empresarios que exigían el cambio de sede, Renán Barrera se sacó de la manga la creación del comité que estudiara los lugares posibles para reubicar las carnestolendas, con el objetivo de que si dicho comité dictaminaba el cambio a Xmatkuil, el alcalde tendría la excusa de decir que se determinó con base en estudios serios y no sólo en su capricho, lo que finalmente sucedió.

En este contexto, en los días siguientes se desataría una serie de ataques mediáticos contra el edil meridano, de parte de sus enemigos panistas, de gente que se opone al cambio, sin mayores argumentos que una intolerancia manifiesta.