Grillo Porteño
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PROGRESO.- En medio de un gran hermetismo de las autoridades, se supo que la principal línea de investigación del asesinato de Julio Solís Pool (a) “Canalla”, es la venta clandestina de diésel, que llegaba al puerto en barcos que supuestamente llegaban para ser reparados, pero que en realidad traían el combustible.
Se dice que hay otras líneas de investigación no reveladas por las autoridades que llevan el caso del asesinado Julio Solís Pool, ultimado con siete balazos disparados desde una moto por pistoleros, al parecer contratados.
Las últimas palabras pronunciadas por el “Canalla” “llama a Garay, porque sabe qué pasó” han sido tomadas en cuenta en las investigaciones que se realizan desde el jueves, poco después que la víctima fuera abatida a balazos.
Las investigaciones en torno al caso, según se menciona en el puerto, se trasladaron a los puertos de Campeche y a Ciudad del Carmen, en donde habrían detenido a seis personas presuntamente involucradas en el trasiego de combustible de barcos que llegaron a este puerto.
Las personas que presuntamente fueron detenidas en Ciudad del Carmen y Campeche serían los operadores de los barcos involucrados en el tráfico de diésel, aunque el caso se maneja con mucho hermetismo. Otras tres o cuatro personas de este puerto a quienes se les vincula con el combustible habrían sido detenidas para las investigaciones.
Oficialmente el único detenido es Zulai Joeltzim Jiménez Torres, uno de los dos pistoleros que dispararon al “Canalla”; al tratar de huir en la moto en que llegaron al puerto para atacar a Julio Solís, Zulai chocó contra una camioneta en la calle 52 con 33.
A raíz del crimen del “Canalla”, que impactó al puerto, la ciudad se mantiene bajo estricta vigilancia, así como la comisaría de Flamboyanes y los muelles pesqueros de Yucalpetén, en donde el victimado tenía su centro de operaciones y atendía embarcaciones de la flota mayor y realizaba diversos trabajos para armadores y patrones de barcos.
Familiares del ejecutado Julio Solís, entre ellos su hermano Luis y su papá Andrés Solís Fernández, dijeron el día de los hechos que el “Canalla” atendía barcos de los empresarios José Cortés Góngora y Gilberto Pech Cardeña, así como de varios patrones de barcos.
Los pescadores que conocieron a Julio Solís y varios vecinos del ahora occiso lo consideraban una persona calmada, trabajadora y que no le conocían enemigos, por eso les impactó su asesinato a sangre fría por dos pistoleros que lo cazaron.
Julio Solís, de 42 años de edad, fue operado en el Centro Médico Americano de este puerto, en donde un equipo de especialistas luchó para salvarle la vida, pero falleció el viernes a las 5:30 de la mañana. El cuerpo fue llevado a las instalaciones de la Fiscalía en Mérida para la necropsia y hasta ayer a las 5 de la tarde no había sido entregado a sus familiares para que le dieran sepultura.