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MÉRIDA.- El vicio de las caguamas casi le cuesta la vida al tricitaxista José Viviano Ku Cauich, quien estuvo a punto de morir degollado por la astilla de una botella de cerveza “maxi” que como un pez se le escapó de las manos.
Al caer al suelo el envase explotó, con tan mala suerte que una astilla brincó hasta el cuello, cerca de la yugular, del bebedor empedernido, de 47 años de edad.
Los hechos ocurrieron en Tekax, donde presta sus servicios el tricitaxista José Viviano Ku Cauich, quien en medio del calor agobiante entró a una agencia de cervezas a comprar una caguama para refrescarse. Sin embargo, al parecer, temblando por las ansias, la botella se le cayó cuando salía del expendió.
Al caer impactarse contra el pavimento, la cerveza explotó y una astilla se le incrustó en el cuello, cerca de la yugular, y le causó una herida que sangró mucho.
Asustado, Viviano trató de cubrir la herida con un pañuelo, pero a hemorragia no cedía y fue necesaria la intervención de paramédicos de la Cruz Roja que lo trasladaron al Centro de Salud de Tekax.

Formal P.-