MÉRIDA.- Tobillos y fracturas de peroné y metatarsianos, además de lesiones del talus o astrágalo, son las lesiones más comunes al utilizar calzados con tacones muy altos o zapatos de plataforma.

Un adulto joven camina, en promedio, casi un millón de pasos al año.

Si a eso se le agregan accesorios como los señalados, lo cierto es que la situación se complica.

Sobre todo que el uso de calzados que no generen apoyo y estabilidad correcta puede traer consecuencias y lesiones graves.

Ello porque los músculos relacionados con la acción de caminar y estabilizar se sobre-exigen durante el tiempo que la persona lleva puesto zapatos  de ese tipo, ya que todo el cuerpo debe realizar un mayor esfuerzo para desplazarse.

No por nada, indican los expertos, tras usarlos durante muchas horas los pies se adormecen y las pantorrillas duelen.

Un estudio realizado por la Universidad de Auburn en Estados Unidos demostró que un zapato que genera poca propulsión al caminar y no contiene bien el pie ayuda a su deformación, alternado tanto la postura como la manera de andar de una persona.

Las molestias llegan, por cierto, hasta los tobillos y la espalda.

AMÉRICA ECONOMÍA.-