MÉRIDA.- Debido a las malas condiciones en que se encuentran las “flamantes” instalaciones y equipos del Centro de Justicia Oral de Mérida, el miércoles al mediodía ocurrió un corto circuito en el “cubo” uno, que alberga como sardinas a los trabajadores del juzgado segundo, que corrieron con suerte porque las chispas no alcanzaron materiales de fácil combustión.

 

El cortocircuito ocasionó que el fluido eléctrico se suspendiera en todo el inmueble y que varios trabajadores entraran en pánico, por lo reducido del espacio que se dio el evento, que fue en un tomacorriente que, evidentemente, se encuentra muy expuesto.

Ante esto, de inmediato surgieron las críticas a los consejeros del Poder Judicial, que nada más mantienen unas instalaciones  nuevas y algo lujosas, pero que evidentemente se encuentran muy deterioradas.

Indicaron que los techos se filtran, las grietas abundan por todos lados, los pisos de cerámica se han levantado en todos los tramos y los cristales se cuartean.

Por si eso no fuera poco, también el mobiliario es escaso y de muy mala calidad, porque las bancas destinadas al público no sólo se desmoronan como polvorón, sino que ya no hay lugar donde sentarse en los sitios de uso común.

Pidieron que se deje de contratar a personal innecesario y que mejoren las condiciones del inmueble y que a los empleados que tienen años de trabajar para el Poder Judicial, les homologuen sus salarios como los que devengan los de nuevo ingreso, que trabajan por vía de la recomendación y el amiguismo.