MÉRIDA, Yucatán, jueves 01/11/11 .-  La tradición del Hanal Pixán cobró vida de una manera especial con el Paseo de las Ánimas que encabezaron el alcalde Renán Barrera Concha y su esposa Diana Castillo Laviada, presidenta del DIF, y sus hijos, todos ataviados con el traje regional. La columna de ánimas partió del Cementerio General con rumbo a San Juan, sobre la calle 66, que estuvo abarrotada de meridanos y turistas nacionales y extranjeros.

A lo largo del derrotero, que abarcó unas 13 cuadras desde el Cementerio hasta San Juan, se instalaron más de 400 altares de muertos, que en muchos casos incluyeron a las rezadoras, quienes con cantos y oraciones dieron el sabor especial a esta celebración, broche de oro del Festival de las Ánimas 2018.

El olor del incienso, el aroma de los pibes, el colorido de los ternos y las flores, así como la decoración en general de los Altares, hicieron de esas 13 cuadras una verdadera réplica de las poblaciones del interior. La ambientación que incluyó pozos, albarradas, comales.

Hubo seis tarimas para los espectáculos relacionados con el Día de Muertos que incluyeron música de tríos, teatro, estampas folclóricas, ceremonias mayas, música autóctona. Dichas tarimas se ubicaron en puntos estratégicos del Cementerio General, la Ermita y San Juan.

Desde las seis de la tarde comenzaron las actividades y a esa hora el alcalde llegó para realizar un recorrido de San Juan a la Ermita, tramo en el que los Consejos de Participación Ciudadana instalaron altares.

Renán Barrera saludó a los trabajadores a cargo de los altares en ese tramo y les agradeció el esfuerzo extra que realizan para participar en un evento que busca reforzar la tradición, darla a conocer a los visitantes y no dejarla morir entre los más jóvenes.

Posteriormente en el Cementerio General, el alcalde encabezó el inicio formal del Paseo de Ánimas, con el encendido de las veladoras al pie de la casona principal del Cementerio General, luego de presenciar una ceremonia maya a cargo de un x´men.

Encabezada por un grupo de niños, el alcalde, su esposa e hijos Renán y Daniela, además de la secretaria de Turismo, Michelle Fridman Hirsch, diputados, regidores y funcionarios municipales, encabezaron la larga columna que incluyó a unas 600 ánimas, salió del Cementerio General con veladoras en las manos, rezando y entonando cánticos alusivos a estas fechas.

A lo largo del derrotero se instalaron también altares de vecinos que se suman de esta manera a la conservación de una de las tradiciones más importantes para los yucatecos. A ellos se sumaron también grupos de catrinas que recorrieron las calles amalgamando tradiciones de otras partes del país con la yucateca y que se tomaron la foto del recuerdo con cuanto visitante lo solicitó.

Igualmente el común denominador fueron las fotos, vídeos y selfies que tomaron los participantes a lo largo de todo el trayecto.

El Paseo de las Ánimas, que en esta edición cumple diez años de realizarse, atrajo a miles de personas que disfrutaron una jornada netamente familiar, envuelta en los olores, sabores, música y recuerdos.

La música prehispánica, con caracoles y tunkules, así como las guitarras de varios tríos amenizaron desde diferentes puntos el paso de las ánimas. Familias enteras y visitantes nacionales y extranjeros se sumaron a esta actividad que fue el colofón del Festival de las Ánimas organizado por el Ayuntamiento.

También las leyendas mayas, la vaquería, el juego de pelota dieron realce desde las diferentes tarimas a este encuentro con las ánimas que cada vez se afianza más en el gusto de los meridanos y atrae a turistas de varios países.

Renán Barrera recordó que el Festival de las Ánimas se ha convertido ya en un ícono de la cultura, tradición y gastronomía y ha dado fama a Mérida más allá de las fronteras, ya que atrae incluso a medios internacionales como Discovery Channel y National Geographic.

—Estamos en los ojos del mundo en este evento que es cien por ciento de los meridanos y que ha trascendido administraciones municipales precisamente porque la participación ciudadana es la que lo mantiene vivo —expresó.

Hubo tarimas con actividades artísticas y culturales en el Cementerio General, tanto en el interior como a la entrada, en el parque y el jardín botánico de La Ermita, en la esquina del Diamante y en el Parque de San Juan. Ahí, los visitantes disfrutaron espectáculos de diferentes disciplinas, “aderezados” entre olores de incienso, pibes y chocolate, lo que dio a la noche el toque especial de una de las tradiciones más arraigadas entre la gente.

Participaron integrantes de unos 400 consejos comunitarios de todos los rumbos de la ciudad.

Se observaron largas filas en los módulos que se instalaron de pinta caritas.

De acuerdo con la Policía Municipal participaron como espectadores más de 60 mil personas en el tramo que comprendió del Cementerio al Parque de San Juan.