MÉRIDA, Yucatán, domingo 13/01/19.- La que anda movida es Patricia Solís Reyes (a) “Rati”, pseudo líder del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Judicial del Estado (STSPJEY), quien afirma en diversos medios de comunicación que representa a más de 250 trabajadores, cuando apenas llega a los 40 registrados en el Tribunal de los Trabajadores.

Los quejosos indican que jamás ha convocado a elecciones y jamás ha sido reelegida, por lo que ya es hora que Patricia Solís Reyes regrese a su triste puesto de sacacopias en los juzgados familiares– lugar del que jamás debió salir- donde sus compañeros y jefes seguro le prepararán un gran fiesta para recibirla como se merece, “por buena gente” y “honrada”.

Además de sus casos de corrupción, esta mujer tiene en su lista de trabajadores, para “inflar” el padrón a personas que nunca pertenecieron al sindicato o que ya no laboran en el Poder Judicial, como Enrique Patiño Tapia y Jorge Baeza Esteban, respectivamente.

Esta mujer, según nos declaran, habla de austeridad en los gastos del Poder Judicial, pero no menciona que tiene más de doce años de cobrar un sueldo sin mover un solo dedo y que ha gastado las cuotas sindicales en su provecho personal y en los caprichos del “Venadito Rubio”.

“Rati” también omite que en la actualidad el Poder Judicial del Estado paga los sueldos íntegros de tres funcionarios más, que pertenecen a su directiva, que en total son más de treinta mil pesos al mes, indica nuestra fuente.

Lo anterior no tendría trascendencia, pues, por lo general, es un derecho del que goza la mayoría de los sindicatos, pero el caso es que este sindicato ya no cuenta con el mínimo de integrantes necesario para tener su registro y todo se trata de una farsa, pues Patricia Solís no actualiza, en los tiempos legales, sus altas y bajas de miembros sindicalizados y nadie del Tribunal de los Trabajadores al Servicio del Estado verifica que, efectivamente, los trabajadores que ella manifiesta están en su sindicato.

“Sólo por citar un ejemplo está el caso del trabajador Enrique Patiño Tapia, que está dado de alta y jamás ha pertenecido a dicho sindicato, mientras que Jorge Baeza Esteban ya ni labora en el Poder Judicial y como él muchos aparecen en el sindicato de “Rati”.

Trascendió que Patricia Solís, fiel a su tradición de utilizar el sindicato únicamente para su beneficio personal y el de su familia, propone el cierre de su sindicato, a cambio que la suban de categoría, al igual que a su esposo, para que ambos se puedan irse felices con una jugosa pensión.

A todo esto, los trabajadores dicen que ojalá que los “jefes” no accedan a tal petición, pues, en caso contrario, ahora sí que hacen una fuerte protesta, por obvias razones.

Compañeros de Patricia afirman que “si se procediera legalmente en su contra estaría varios años en prisión, pues tiene varios delitos como la falsificación de firmas que ha hecho para reelegirse y para otros fines y utiliza datos personales de sus agremiados para su provecho personal –comprobado- y sobre todo el descarado robo.

“La señora Patricia Solís ha robado dinero de las cuotas sindicales, robo que asciende a poco más de un millón de pesos”, precisa el entrevistado.

Cabe aclarar que hubo varios años en los cuales “el microbito” (el sindicato que dirige “Rati”) sí tuvo bastantes afiliados, años en los cuales la “casita” de la pseudolíder, ubicada en el fraccionamiento Manzana 115, mejoró bastante, al grado que al día de hoy tiene su lavandería y cocina económica en dos locales anexos que igual son suyos. Sin duda le dejó bastante su labor como “líder” engaña bobos. También, con fondos del mismo sindicato, en ese sitio construyó el local sindical.

En la actualidad hay mucha inconformidad de los empleados del Poder Judicial, pues afirman que a ellos para todo se les dice “no hay dinero”, “no hay recursos”, “austeridad”, pero se pagan ocho licencias sindicales con goce de sueldo, cuatro a cada sindicato, de las cuales las cuatro que le corresponden al de Patricia Solís ya no tienen razón de ser, puesto que su sindicato ya no tiene el mínimo de integrantes requerido por la ley, así como tampoco es legal.