CIUDAD DE MÉXICO, domingo 20/01/19.- Miles de mujeres marcharon este sábado en Estados Unidos en defensa de sus derechos y contra el gobierno de Donald Trump, aunque esta tercera edición de la Women’s March (Marcha de las Mujeres) está marcada por divisiones ante acusaciones de antisemitismo.

El disenso impulsó a varias mujeres a unirse a una organización paralela, “March On”, y los dos movimientos marcharon por separado por todo el país, desde Los Ángeles hasta Chicago y Atlanta.

En víspera del segundo aniversario de la toma de posesión del presidente Trump, centenares de mujeres se congregaron en torno a la Casa Blanca, en Washington, mientras Trump se encontraba fuera de la capital federal.

Muchas de los participantes llevaban gorro rosa, emblema del movimiento.
Este año, las mujeres también denunciaron la separación de las familias migrantes arrestadas en la frontera con México y el muro que pide Trump, que la oposición demócrata se niega a financiar y que ha provocado el cierre parcial del gobierno desde el 22 de diciembre.

En 2018, las marchas reunieron a más de 500 mil personas, incentivadas por los movimientos #MeToo y Time’s Up contra el acoso y la violencia sexual.

La musa del ala izquierda del Partido Demócrata, Alejandría Ocasio-Cortez, electa a la Cámara de Representantes por Nueva York, se manifestó satisfecha por el número récord de mujeres (131) en las elecciones legislativas de noviembre.

“El año pasado, pusimos nuestro poder en las elecciones y este año debemos poner ese poder al servicio de la política. No dejaremos que nadie nos quite nuestros derechos, de hecho tendremos más “, dijo ante la multitud, prometiendo presentar un proyecto de ley sobre igualdad de derechos.

Ocasio-Cortez habló en las dos manifestaciones, en un intento por dar una señal de unidad, tras las fisuras sufridas por el movimiento ante acusaciones de antisemitismo contra varias de sus responsables, como Tamika Mallory, una de las copresidentas de la marcha, quien participó en un mitin del líder del movimiento “Nación de Islam”, Louis Farrakhan, de posiciones antisemitas.

Para Nikki Leger, una neoyorquina de 63 años, las divisiones son inevitables en un movimiento tan amplio y lamenta que los disensos “den pasto a la derecha”.

“En un gran movimiento siempre hay desacuerdos”, explicó en Nueva York Kristen Morrissey, de 42 años, y madre cuatro niños, al señalar que había “muchos más puntos de acuerdo que de desacuerdo” entre las dos organizaciones.

Según ella, el movimiento de oposición contra Trump sigue siendo fuerte: “Es tan loco separar a los niños de sus padres en la frontera que todos los estadounidenses deberían estar escandalizados”, aseguró.

AGENCIAS.-