MÉRIDA, Yucatán, lunes 11/02/19.- Al gran Alejandro Magno le tomó siete meses, dinero, ingenio y mucha voluntad conquistar Tiro: No creo que en el PRI haya gente con el talento del gran griego, para rescatar lo que queda del tricolor en Yucatán.

Cuando Alejandro Magno por fin conquistó Tiro estaba muy molesto porque le hicieron perder tiempo en su campaña de conquista, de modo que mató a todos los hombres, mientras que a las mujeres y niños los vendió como esclavos. Una cacería de brujas y matar políticamente a varios de los que secuestraron al tricolor no ayudará a resucitar al tricolor.

El CDE del PRI está hundido en deudas, desorganizado, sin dinero y sin opción viable para tenerlo, de modo que no se entiende que varios quieran dirigirlo, a menos que sólo quieran terminar de saquearlo.

Reconstruir al tricolor estatal es una tarea titánica, debido a que falta una buena fuente de entrada de dinero; además, se deben limar asperezas y realizar una operación cicatriz, sacar a los traidores que ahí están y comenzar a reorganizar el ejército para la batalla de 2021.

Escudriñar las razones por las que más de cuatro quieren dirigir al tricolor estatal está en chino, ya que todos mentirán y dirán cosas idealistas para tratar de justificar su deseo de tener el cargo y ocultar sus verdaderas intenciones.

Los suspirantes son: Francisco Torres Rivas, Juan José Canul Pérez, Adolfo Calderón Sabido, ex alcalde de Tixkokob, Walter Salazar Cano; Diego Lugo Interián, alcalde de Sucilá; Eloy Quiroz Ávila, ex director del Sicey, y Francisco Medina Sulub.

La única razón por la cual “Panchito” buscaría el CDE tricolor sería que pida como “premio” que lo dejen ser candidato a la alcaldía meridana; será cosa fácil dársela, pues, luego de la fenomenal paliza que Reni (Barrera Concha) le dio a Víctor Caballero, por una ventaja de más de 80 mil votos, sólo algún loco querría “aventarse el tiro” de competir contra los panistas.

Memo Canul sería un fiel soldado de Rolando Zapata, con todo lo que eso implica de ventajas para el diputado federal.

En el caso de Salazar Cano es obvio, según muchos priistas, que quiere el CDE para tratar de dominar a los alcaldes y ofrecerles sus “súper” asesorías, como ha hecho con algunos ahora, a los que les cobra a $30 mil al mes; es decir su motivación es para su provecho personal: está más claro que al agua. Es decir saquearía lo poco que queda del PRI.

Calderón Sabido buscaría fama efímera y tal vez se sienta el salvador del PRI yucateco, cuando ni su pobre pellejo político ha podido salvar y su figura se estancó como “chen alcalde y diputado local”.

Lugo Interián, alcalde de Sucilá, encabeza a los alcaldes que se oponen a Rolando Zapata Bello, pero su fuerza es mínima, pues de los 58 alcaldes priistas, sólo 24 lo apoyan y gobiernan municipios pequeños.  Entre otras cosas están molestos porque le quieren imponer asesores y gente para que tengan en sus nóminas.

A Medina Sulub lo impulsaría su amigo el gobernador de Campeche Alejandro Cárdenas Moreno, quien quiere ser presidente nacional del PRI y odia con odio jarocho a Rolando Zapata. Por cierto este campechano renunciará en breve al cargo de gobernador, pero eso lo hablaremos en otra nota.

En resumen: sólo un loco querría hacerse cargo del PRI, un PRI despedazado, endeudado, dividido y con un futuro a corto plazo muy negro y con muchos nubarrones, vientos y truenos como el “norte” que azotó a Yucatán el domingo 27 de enero, que derribó postes, un restaurante, inundó puertos y dejó frío, algo similar a lo que le sucedió al PRI en las elecciones de julio del año pasado.