CIUDAD DE MÉXICO, martes 04/06/19.- La Fundación Scelles, una organización con sede en París que busca combatir la explotación de personas prostituidas en todo el mundo, ha lanzado un nuevo informe en el que denuncia el uso de las redes sociales como plataformas para ejercer lo que llaman la “Prostitución 2.0”.

Llamado “Sistema prostitucional: nuevos desafíos, nuevas respuestas”, el estudio de 548 páginas asegura que la prostitución y la explotación sexual en Internet son una “plaga en plena expansión”, de acuerdo al análisis que realiza la Fundación Scelles en 35 países.

El reporte hace referencia específicamente a los proxenetas que hacen uso de aplicaciones como WhatsApp, Instagram y Facebook para reclutar víctimas de explotación sexual, además de atraer clientes por medio de anuncios y gestionar sus actividades a través de estos servicios.

“Todos los países están afectados, ya sea con una legislación restrictiva, como en China, o permisiva, como en Alemania”
YVES CHARPENEL, PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN SCELLES.

El estudio sugiere que la mayoría de las plataformas de mensajería instantánea y redes sociales como WhatsApp, Tinder, Facebook, Instagram, Snapchat, e incluso aplicaciones de alojamiento como Airbnb, son usadas para la prostitución.

Por ejemplo, un proxeneta ruso fue detenido en 2016 por dirigir una red de prostitución en Líbano y en todo Oriente Medio a través de WhatsApp, cuyo sistema de encriptado de mensajes dificulta la vigilancia de las autoridades.

De hecho, Tinder sería “el instrumento más utilizado para buscar prostitutas” en Israel, mientras que en Zambia las víctimas utilizan grupos de WhatsApp y Facebook para ponerse en contacto con posibles clientes. Además, Airbnb se habría convertido en una plataforma popular para alquilar apartamentos para ejercer la prostitución en Francia.

Internet ha superado a la prostitución en la calle

El informe detalla que este nuevo tipo de prostitución ha sustituido a la que se realiza en las calles, representando actualmente dos tercios del total de las actividades de explotación sexual que se realizan alrededor del mundo.

Para los proxenetas las ventajas son claras, ya que administrar el “negocio” a través de Internet le permite evitar riesgos personales y estar distanciados del tráfico, mientras que al mismo tiempo pueden identificar nuevas víctimas, atraer más clientes y, posteriormente, blanquear el dinero.

La falta de regulación en muchos países ha facilitado la expansión de la explotación sexual en Internet, sobre todo por la ambigüedad de los anuncios sobre “masajes” o de “momentos de distracción” que promueven en las plataformas, lo que dificultaría el trabajo de las autoridades.

AGENCIAS.-