Mérida.- El mánager del equipo “Comercial Pérez” de Maní, Leonardo Pacho Granados, reconoció que no debió agredir al umpire Roberto Díaz, pero “perdió la cabeza” al ver la forma “burda” en la que fue castigado en el conteo y en las jugadas cerradas, por lo que acusó que “los umpires son corruptos” y están al servicio de los equipos con más dinero en la Liga Intermunicipal de Béisbol Yucateca.

¿Acusas a estos umpires que están vendidos?

–Estoy hablando en general, soy el único mánager que se lo he dicho al presidente de la LIBY, Diego Díaz, que los umpires son corruptos, que nos han pedido dinero, bono le llaman ellos, para que nos “trabajen bien”. No hemos accedido y ahí están las consecuencias. Muchos lo saben, lo piensa, pero no lo dicen–indicó.

Ayer, en el juego eliminatorio entre Maní y los Reyes de Tizimín, Pacho Granados pateó al umpire Roberto Díaz en la sexta entrada, luego de que no cantó jugadas cerradas a su favor. Al concluir el juego, Díaz fue agredido de un botellazo al pasar por una parte en donde estaban los aficionados furiosos por la eliminación, por lo que necesitó atención médica que le fue proporcionada en Oxkutzcab.

–Soy un mánager que he trabajado en muchos lugares y no me contratan por pleitista, sino porque tengo buenos resultados, porque defiendo mis colores. Ayer eso hice, mi receptor, Lolo Dzib y mi lanzador “Makanaki” Castillo me dijeron que nos estaban cantando mal, todos lo vimos. Fui a reclamarle al señor y me dijo que no me acerque, que no diga nada, de forma agresiva, eso me molestó por la sencilla razón que soy el mánager, sino soy yo entonces quien va a defender a mi equipo–contó Leo Pacho, integrante de una familia reconocida en la pelota yucateca, en donde su máximo exponente es Juan José Pacho Burgos.

Trascendió que Leo Pacho será suspendido (de por vida, dicen algunos) para no volver a dirigir en el circuito, aunque oficialmente la LIBY, que por cierto no está afiliada a la Asociación de Béisbol Amateur de Yucatán, no ha tomado una determinación al respecto.

En un escueto boletín que ya publicamos en este medio, la LIBY informó que investigarán los hechos, escuchando a las partes, para después tomar una decisión.

“Como ente rector reprochamos tales acontecimientos y nos mantenemos al pendiente de lo ocurrido con el fin de que una vez reunidos todos los testimonios de los participantes en dichos actos se tome la decisión correspondiente para salvaguardar los eventos deportivos en los que tiene ingerencia esta Liga”, señala el comunicado.

Díaz responde: el sonido local armó todo

En respuesta, Roberto Díaz, quien tiene experiencia de LMB y de la Liga del Pacífico dijo que nunca ha pedido dinero por su trabajo y que nunca se acerca a los equipos

–Ese es trabajo del coordinador de umpires de la Liga, yo llego a trabajar y me pagan cuando termino. Si tiene pruebas, que las presente—afirmó.

Sobre la herida que sufrió dijo a manera de broma que “es una alcancía en la que sólo entran monedas de un peso, por lo pequeña que está”.

Está un poco arriba de la oreja derecha y tiene tres centímetros, que necesitó tres puntadas de parte de los médicos.

Indicó que ha trabajado casi en todo el país y algo parecido a lo que vivió el domingo solo en algunos campos de Veracruz.

Sobre la situación del juego del domingo, en el que lo acusan de enfrentar a los jugadores de Maní y expulsar al mánager para beneficiar al otro equipo, dijo que no fue así.

–Lo que sucedió es que durante el juego el responsable del sonido se la pasó azuzando a los jugadores rivales, poniendo música agresiva para cada uno, además de que protestaba cada lanzamiento y jugada. Nos puso al público en contra y cuando el partido se cerró se nos fueron encima—contó.

Realmente fue una situación, dijo, provocada por el mismo equipo local y la gente reaccionó a ello.

–Claro que me asusté, pero al final estoy bien—admitió, sin hablar más de Pacho, quien lo empujo y le lanzó una patada, sin que lo conectara.-