TIZIMÍN, Yucatán, martes 11/06/19.- Trabajadores del Instituto de Educación para los Adultos del Estado (IEAEY) protestaron en contra de las acciones, despidos y malos manejos de recursos que realiza el director de la dependencia, Kirbey Herrera Chab.

Los inconformes también denunciaron que han despedido a personas para meter en sus lugares a gentes allegadas a Kirbey Chab, entre ellos a numerosos jovencitos.

De acuerdo con los quejosos, han sufrido afectaciones a su contrato colectivo de trabajo, despidos injustificados y hostigamiento laboral de parte de la dirección general del IEAEY y como ejemplo citaron el caso de Nidia Rojas, que fue despedida injustificadamente, tras más de cinco años de servicio.

Los inconformes exigen que el gobierno del estado tome cartas en el asunto, ya que desde la llegada del nuevo director Kirbey Herrera los despidos injustificados están a la orden del día y el trato laboral es déspota, además de que sólo meten gente cercana al panista, entre strippers, amigos y compadres.

El lunes 6 de mayo publicamos que, de las bailarinas de antros, el IEAEY pasó a strippers, ya que antes el entonces director Juan Carlos Cervera Pavía tenía a cuatro de ellas en la nómina y ahora Kirbey Herrera Chab tiene a cuatro bailadores. Cervera Pavía sacó de los antros Safaris 2000 y Osiris a cuatro muchachas que eran bailarina y las puso en la nómina de la dependencia.

Ahora, Kirbey Herrera, de acuerdo con fuentes muy cercanas a la dependencia, está orgulloso tener a su lado a jovencitos, quienes además de “colaborar” con la dependencia, haciendo la difícil tarea de cobrar sin trabajar, son sexo servidores, quienes ofrecen sus servicios por internet y STRIPPERS en centros nocturnos de la ciudad.

Como El Grillo ha publicado, las quejas contra Herrera Chab son muchas, por meter incluso a familiares de sus amigos, para sentirse protegido, pero muchos de ellos no trabajan y se jactan de que son intocables, porque tienen esposo “colocado” o familiar amigo de funcionarios.  

Cuando estuvo al frente de la central de abastos, Kirbey “bajaba” frutas, verduras, legumbre y todo lo que podía, y le servía para regalarle a los panistas y así comprar votos. Ni con eso lo hicieron candidato a algún puesto de elección popular.

Pancartas en mano pedían no más hostigamiento laboral, respeto al contrato colectivo de trabajo, respeto a la base trabajadora y a los derechos humanos, respeto al sindicato y que no haya revanchismos; también exigieron que no haya ningún despido más de mujeres en su lista negra.

Los manifestantes afirmaron que la nueva administración metió gente en diferentes puestos y los que quedaron ganan menos de la mitad de los que contratan, cuando en realidad los antiguos logran más cosas, pues conocen el trabajo, de modo que piden que sea parejo el pago tanto a antiguos como a los nuevos.

También afirmaron que se les cambió de adscripción a los compañeros de Valladolid, ya que estaban asignados a microregión y los pasaron a otra, lo que les afecta sindicalmente.