MÉRIDA, Yucatán, martes 18/06/19.- Rogelio David Canto Rincón, ex director general de la  desaparecida Fábrica de Postes de Yucatán, SA de CV, será condenado por los delitos de ejercicio abusivo de funciones, robo calificado y peculado por un quebranto económico de dos millones de pesos en esa empresa, a doce años de iniciado el proceso en su contra.

De esta forma se dictará sentencia contra el ex funcionario de la administración panista de Patricio Patrón Laviada, que fue investigado por su participación en las irregularidades y malos manejos administrativos de esa empresa estatal.

La vista pública se efectuó la semana pasada, por lo que la condena se dará a conocer en estos días. Fue denunciado por el secretario General de la Contraloría del Estado, en la administración de Ivonne Ortega Pacheco, Luis Rolando Gómez Gómez.

Cuando el ahora procesado dejó el cargo, se hizo una auditoría, que abarcó de 2004 a 2007, y salió a relucir que el arriba citado, incluso, puso en la nómina de la empresa a María Isabel Yánez Sosa, pareja sentimental del gerente de planta de la fábrica, Marco Antonio Mena Rosado, con un jugoso sueldo, al igual que siete sujetos más que trabajan para el citado Mena Rosado.

Se descubrió que se hizo tres “autopréstamos” sin autorización del Consejo de Administración, los cuales ascendieron a más de 265 mil pesos, sin que devolviera parte de lo que le dieron.

Por su parte, Mena Rosado también se hizo acreedor de cinco préstamos por un monto de más de 176 mil pesos.

Por si fuera poco, Rogelio Canto igualmente hizo un pedido a la fábrica “3M de México” por productos de limpieza que no se utilizaban en la paraestatal y que sí, en cambio, desaparecieron junto con lo pagado que ascendió a más de 149 mil pesos.

Consintió que el gerente de planta y su hijo sacaran productos de la compañía sin que los pagaran.

Incluso, a Aceros y Perfiles del Sureste le pidió material de construcción de más de 36 mil pesos, los cuales no cumplían los requerimientos de la paraestatal y que desaparecieron.

“Transfirió” sus deudas de tarjetas bancarias a la compañía, por más de 317 mil pesos y efectuó un “retiro” de efectivo de 378 mil pesos que nunca comprobó.

Presentó una factura apócrifa para la construcción de un laboratorio que nunca se levantó, por más de 32 mil pesos.

Pagó para sí un tratamiento de infertilidad por más de 103 mil pesos, efectuando otras operaciones que no fueron del todo claras.