IZAMAL, Yucatán, martes 24/06/19. – Decenas de vecinos, niños y padres de familia se asustaron y protestaron en contra de un “exorcismo” que se llevo al cabo en el céntrico parque Zamná, el cual fue realizado por el “profeta” venezolano Gabriel Villarroel.

Numerosos vecinos se pusieron en contra del Ayuntamiento que encabeza Fermín Humberto Sosa Lugo, por autorizar un acto que generó mucho ruido y temor entre los niños.

Decenas de creyentes abarrotaron el parque para ver al profeta venezolano Gabriel Villarroel realizar una ceremonia de liberación y sanación.

La vecina Flora Gamboa dice que “hay que precisar que estamos en el Pueblo Mágico, no en un lugar cualquiera; ¿qué van a decir los turistas? ¿que en Izamal se hace ‘exorcismo’ en uno de sus parque principales.

Pero la culpa, como dice el refrán no es del indio, aquí es la culpa del alcalde (Fermín Humberto Sosa Lugo), porque dio el permiso; ¿por qué no les dio su local donde mete sus taxis?”, agrega.

Sandra Pérez, a su vez, afirma que “me gustaría saber de quién fue de la idea de dar el permiso para el ‘exorcismo’, ruido, además de la ridiculez que pasamos como Pueblo Mágico con este tipo de eventos.

¿Dónde están las regidoras de Turismo y de Asuntos Religiosos? Los turistas llegaron a descansar a Izamal y escuchan las barbaridades de un supuesto profeta”, considera la habitante.

El vecino Pablo Chan, por su parte, pregunta: “¿Por qué no les dieron el campo de béisbol? No estoy contra la religión de esas personas, pero creo que debe haber tolerancia y respeto, hablan bonito pero faltan al respeto (a los demás) al hacer sus ‘exorcismos’ de expulsar al demonio en pleno parque.

Debería haber una regla: ¿quieren hacer sus pend…? que se metan a sus templos. Hablan de Dios y se vuelven fanáticos. Eso es malo, esto no puede pasar en Izamal.

Cuando los católicos hacen su eventos, no hay gritos. Y aclaro: no soy católico y menos evangelista o de otra religión; soy ateo.

La culpa del ruido y estas porquería de fanáticos es del presidente municipal) por dar los permisos”, indica.

Algunos turistas se dijeron asombrados por lo que escuchaban; taxistas ruleteros igual se quejaron del ruido y el espectáculo realizado.

Comerciantes señalaron que el escándalo no dejó que sus clientes disfruten sus alimentos o descansen en las posadas o hoteles del centro de la ciudad.

DIARIO DE YUCATÁN