MÉRIDA, Yucatán, martes 16/07/19.- El tabasqueño Jhonny Eduardo Herrera Ramírez fue declarado culpable del delito de homicidio calificado con premeditación y sentenciado a pasar 25 años detrás de las rejas, tras asesinar al ladrón Ricardo Jesús Sarabia Torres en el hotel “Posada Castillo”, por no querer dejarse penetrar a la hora del encuentro sexual.

Los jueces Verónica de Jesús Burgos Pérez, Sergio Marfil Gómez y María del Socorro Tamayo Aranda emitieron fallo condenatorio en contra de Herrera Ramírez, por la muerte de Ricardo Jesús Sarabia Torres, denunciado por su madre, María Isolina Torres Ambrosio.

Al ser declarado penalmente responsable del delito de homicidio calificado se le impuso una pena de 25 años de prisión y al pago de un millón 600 mil pesos por concepto de indemnización.

e la misma forma se le suspenden los derechos políticos, se le niegan los beneficios de ley y se le prohíbe acercarse a las víctimas indirectas al abandonar la reclusión, en el año 2046

Los hechos ocurrieron entre las últimas horas del día 8 de julio del 2018 y las primeras horas el día 9, cuando Jhonny Eduardo se encontraba en compañía de Ricardo de Jesús, en el interior de la habitación marcada con el número 10 en la “Posada Castillo”, donde sostuvieron relaciones sexuales.

Ricardo de Jesús quiso también penetrar al otro, este se resistió y lo asesinó ahorcándolo, para luego tratar de huir del lugar, pero fue detenido y consignado.

Lo que no se sabía, es que el tipo de vida que llevaba Ricardo Jesús, quien se convirtió en un temido delincuente para ocultar su homosexualidad, siendo considerado incluso «El Terror de Chuburná» por los constantes desmanes que cometía en esa zona.

Habitaba en ese rumbo, pero muy pocos sabían que era homosexual, pues trataba de infundir temor, realizándose varios tatuajes y comportándose incluso violento y decidido a todo, como lo demostraban los numerosos robos y asaltos callejeros que se le han atribuído.

Tenía varios ingresos al penal, entre ellos el de 2014, cuando robó en un predio de la calle 24 por 13-A y 15 de la privada Girasoles de Chuburná, de la cual se llevó una laptop, un minicomponente y varias alhajas.
A raíz de esa detención se supo que había cometido otros hurtos en la zona, por lo que en la policía se le conocía como “el terror de Chuburná”.

Sumó otros robos y asaltos, hasta que el lunes pasado murió en el hotel de paso ubicado en la calle 54 entre 53 y 55, del Centro.