MÉRIDA, Yucatán, viernes 16/08/19.- A vista y paciencia, lo que es una complicidad y  aprobación del gobernador, de los diputados y de los alcaldes, el maltrato animal sigue imparable en cada uno de los 106 municipios, en los que destripan caballos por medio del “Torneo de Lazo”.

Se supo de dos casos en 10 días, aunque pueden ser más, pero los ocultan, que se dieron en Dzidzantún y en Cenotillo, en donde disfrazados con otros nombres, “Torneo de Promesas” y “Duelo de Ganaderías”, respectivamente, destriparon a dos caballos.

Cuando era diputado, Mauricio Vila Dosal promovió que se acabe el torneo de lazo en Yucatán; cuando fue alcalde de Mérida lo prohibió en las comisarías, pero desde el gobierno poco o nada ha hecho para prohibir este sangriento y brutal espectáculo, que les deja mucho dinero a empresarios y alcaldes.

Ni el diputado verde Harry Botello Fierro, uno de los más improductivos de los legisladores Yucatecos, ha hecho algo al respecto, más que hablar y criticarlo esos torneos; el diputado por azares del destino y presidente del Congreso del estado, el gris Felipe Cervera Hernández, tampoco ha hecho algo para legislar y prohibir estos torneos.

En un vídeo que se adjudica a un “Duelo de Ganaderías”, uno de los nombres utilizados para disfrazar los torneos de lazo, se ve como el martes trece de agosto, otro caballo fue salvajemente herido por un toro entrenado para tal fin y que sirve para realizar “suertes vaqueras”, que consisten en lazar a este tipo de animales y ganarse premios en efectivo, pero poniendo como escudo al caballo que pocas veces es alimentado y entrenado para este tipo de “suertes”.

En el video se puede ver como el equino corre con las tripas por fuera luego de ser abandonado por su jinete mientras la gente grita con una mezcla de euforia, estupor y emoción por el sangriento espectáculo: La voz de una mujer se escucha diciendo: “¡Tápale los ojos a Elías!,¡Que no lo vea!, quizás en referencia a un niño, que como muchos, está presente en lo que han mal llamado “tradición taurina”.

Las tradicionales corridas de toros, de corte popular y muy celebradas en las fiestas católicas patronales en los municipios de Yucatán, consistían en espectáculos “taurinos” en los que se lidiaban toros de la región, de los cuales, los primeros cuatro o cinco eran a muerte y servían para vender la carne alrededor del cosos taurino que se construye a base de madera y sogas y se le llama tablado.

El consumo de carne de res era muy común en guisos sencillos como el Chocolomo o Chanchak entre la comunidad maya y que consistían en cocer la carne solamente con agua y especias, por lo que las corridas de toros eran una fuente de abastecimiento de carne; posteriormente los toros que seguían luego de los que iban a sacrificarse servían para el “Basha Toro” o “Juego de Toro”, que consistía en que los “Toreros” realizaran suertes y acrobacias.

Uno de los toreros más conocidos y apreciados de la región es “El Chamaco Balam”, cuyo espectáculo consistía en pararse sobre una silla de madera, esperar al toro y brincarlo cuando este intentara cornearlo, las corridas terminaban cuando la noche caía y seguía la fiesta popular con eventos religiosos y bailes.

Desde hace algunos años, esta tradición se cambió para dar paso a competencias que implicaban lazar toros únicamente en los cuernos, a los que se le llamaba “Shot Bak”; debido a lo arriesgado de la suerte, los caballos, que por lo regular son alimentados en los solares de las casas sin ningún tipo de cuidado ni entrenamiento, comenzaron a ser corneados porque en lugar de los toros cebúes comenzaron a meter toros de lidia, que son bravos y embisten sin parar,  y esto representó un sangriento espectáculo para los asistentes que disfrutaban del mismo, mientras que el papel de los toreros se limitó a “llamar” a los toros hacía dentro del ruedo.

Los empresarios de este tipo de eventos se dieron cuenta del negocio que representaba y comenzaron a entrenar toros para que, por lo menos en cada torneo de lazo hubiera un caballo destripado sangrientamente.

El Congreso del Estado de Yucatán ha enviado tibios exhortos a los ayuntamientos para que eviten el maltrato animal, cuando debería legislar y prohibir este tipo de eventos. Sin embargo, por lo lucrativo del negocio persiste está práctica y al mismo tiempo se ha emprendido una campaña de “normalización” de la violencia en este tipo de eventos en redes sociales llamando a los torneos de lazos de otra manera como: “Corridas de Promesas”, “Duelos de Ganaderías, o “Espectáculos Taurinos” justificándolos como una tradición de las fiestas populares yucatecas, lo cual es totalmente falso.