MÉRIDA, Yucatán, sábado 31/08/19.- A fin de apoyar a gente con discapacidad, pronto “El Corchito” tendrá protocolos de seguridad enfocados a ese sector de la población, lo que será algo sin precedente en el estado.

Cuando este plan se concrete “El Corchito” será un sitio turístico 100% accesible, y tomando en consideración que más gente con cualquier tipo de discapacidad podrá visitarlo y disfrutarlo, cuando ya esté adecuado.

Para afinar detalles, los directores del Instituto para la Inclusión de Personas con Discapacidad (Iipedey), de Protección Civil de Yucatán (Procivy) y del Patronato Cultur, María Teresa Vázquez, Enrique Alcocer Basto y Mauricio Díaz Montalvo, respectivamente, se reunieron y comenzron a trabajar sobre este proyecto.

Será un trabajo sin precedente en Yucatán porque no existen medidas concretas sobre cómo debe procederse en caso de alguna contingencia respecto a alguna persona con discapacidad y ya después se trabajará en los demás paradores turísticos que administra Cultur, para mayor seguridad y protección de las personas con discapacidad, afirmó Díaz Montalvo.

Los protocolos serán diseñados tomando como base la “Guía con recomendaciones para considerar a las personas con discapacidad en Protocolos de Protección Civil”, elaborada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y que, entre otras cosas, implica la elaboración de un Plan Personal de Evacuación de Emergencia.

Cada dependencia pondrá su experiencia y conocimiento sobre el tema para que finalmente se cuenten con las políticas de acción más adecuadas.

“Hacemos haciendo un trabajo interinstitucional y seguimos las instrucciones del gobernador del Estado, Mauricio Vila Dosal, quien ha mostrado mucho interés en este proyecto”, precisó Díaz Montalvo.

El primer acuerdo al que llegaron los funcionarios fue acudir a “El Corchito”, a fin de conocer sus características especiales y hacer “un diseño a la medida”, sobre cómo proceder según el tipo de discapacidad de que se trate.

El plan incluirá, posteriormente, entre otras cosas, la capacitación del personal que se encargaría de aplicar los protocolos y la posibilidad de hacer simulacros para que en caso de alguna contingencia se puedan aplicar con experiencia.

Los involucrados en el proyecto coincidieron en que, finalmente, este tipo de acciones no sólo beneficiará a las personas con discapacidad, sino a todo el público en general, ya que serán más claras las rutas de evacuación y todo lo que implica los protocolos para seguridad de los visitantes