SEYÉ, Yucatán, lunes 14/10/19.- La banda de guerra de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Yucatán y el canto de un Mariachi acompañaron al policía Luis Humberto Varguez Uc a su última morada, luego que lo chocó y mató un chófer ebrio, el domingo en la madrugada.

El policía, quien tenía un año y nueve meses de servicio, llegó a su última morada en medio del llanto y la consternación de familiares y amigos que acompañaron el cortejo fúnebre.

Luis Humberto, quien nació y vivía en Seyé, dejó en la orfandad a dos pequeños menores de edad, luego de que falleció mientras patrullaba a bordo de una motocicleta y una persona alcoholizada lo colisionó al volarse el alto en calles de la colonia Chuminópolis de la capital del Estado.

El cuerpo del infortunado policía fue velado en su casa, ubicada en la calle 28 con 39 y hasta el lugar llegaron decenas de compañeros policías, para montar guardias de honor.

Ayer domingo en la tarde se ofició una misa de cuerpo presente en la parroquia de San Bartolomé Apóstol, hasta donde llegó el féretro en hombros de familiares, amigos y compañeros integrantes de la SSP.

Después de la misa, oficiada por el sacerdote Rafael May Barrera, el cortejo fúnebre recorrió varias calles, mientras los tambores redoblaban y la música de un mariachi que entonaba las canciones favoritas del policía muerto.

El propio secretario de Seguridad Pública de Yucatán, comandante Luis Felipe Saidén Ojeda esperaba al cortejo fúnebre a las puertas del cementerio, junto con una guardia de honor y elementos de infantería de la corporación; Saiden Ojeda cargó en hombros el féretro con los restos mortales del infortunado policía, junto con varios comandantes y luego hicieron una guardia de honor.

Una oficial de la SSP hizo el pase de lista mientras sus compañeros respondían ¡Presente! Al escuchar el nombre del oficial caído en cumplimiento de su deber, elementos de infantería dispararon una salva de honor y las patrullas presentes hicieron sonar sus sirenas, mientras el retoque fúnebre de la banda de guerra estremecía a los cientos de asistentes que no pudieron contener el llanto en el último adiós a un joven muy apreciado en la población.

En breve entrevista, el comandante Saidén Ojeda dijo que estaba consternado por la muerte de Luis Humberto, quien fue un elemento muy disciplinado y que destacó en sus labores en el corto tiempo que sirvió a la sociedad.

“Es una pérdida irreparable”, afirmó el secretario de Seguridad Pública.

Como dato curioso se dio la coincidencia de dos sepelios al mismo tiempo, el de un ciudadano que puso en apuros a los elementos de la SSP, ya que el comandante Saidén confundió el ataúd del civil con el de su subalterno, debido a que los dos ataúdes llegaron al mismo tiempo al cementerio municipal.