CIUDAD DE MÉXICO, miércoles 06/11/19.– Actualmente no existen tratamientos aprobados para retrasar o detener el mal de Alzheimer, sin embargo la Administración Nacional de Productos Médicos de China aprobó para su comercialización, a fines de este año, un medicamento hecho a base de algas marinas que promete cambiar el pronóstico de millones de pacientes en el mundo.

Llamado GV-971, es el primer medicamento para el tratamiento de esta enfermedad que sale a la venta en 17 años. Por lo mismo, el anuncio ha generado muchas expectativas.

Aunque la aprobación de las autoridades chinas es condicional, es decir, se supervisará estrictamente y podría retirarse si surge algún problema de seguridad, los ensayos clínicos en animales y humanos han mostrado que, en pacientes con alzhéimer leve a moderado, el compuesto logra que problemas de memoria espacial desaparezcan.

Una de las primeras zonas cerebrales afectadas es el hipocampo, que es un área que se relaciona con la memoria espacial, cuando todavía el cerebro no está atacado completamente. Este nuevo tratamiento aparentemente podría retrasar los síntomas cognitivos, pero no creo que logre revertir ni sanar la enfermedad”, opina la doctora Claudia Durán, investigadora del Instituto de Neurociencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.

Las compañías farmacéuticas han gastado miles de millones de dólares durante décadas persiguiendo una cura para el alzhéimer. Hasta ahora, la mayoría de los enfoques terapéuticos se han enfocado en el manejo de la proteína beta amiloide, que forma grupos de placa en el cerebro y se cree que es la causa de la enfermedad.

Pero desde hace unos años, los investigadores han puesto su mirada en la microbiota intestinal. Es lo que hicieron científicos de la U. de Shanghai y de la Academia de Ciencias de China, quienes decidieron investigar un compuesto oligosacárido extraído de un tipo especial de algas marinas. Ya habían observado una incidencia muy baja de la enfermedad entre las personas que las consumen regularmente

En un artículo en la revista Cell Research, la doctora Geng Meiyu, líder de la investigación, describe cómo este compuesto, al que llamaron oligomanato, suprime ciertas bacterias contenidas en el intestino, que pueden causar degeneración neuronal e inflamación del cerebro, lo que lleva al alzhéimer.

Este mecanismo fue confirmado en estudios en ratones y ensayos clínicos en 1.199 pacientes, llevado a cabo por Green Valley, compañía farmacéutica con sede en Shanghái, que lanzará el nuevo medicamento al mercado: la droga puede mejorar la función cognitiva en los pacientes en tan solo cuatro semanas.

Para el doctor Mario Grosman, geriatra de la Clínica Santa María, aún es prematuro afirmar si se trata de un tratamiento útil. “Primero hay que corroborar que esos estudios sean verdaderos y luego hacer trabajos clínicos en población occidental. Mientras no sea aprobado por entidades europeas o la FDA de Estados Unidos, no es mucho lo que se puede avanzar”.

La compañía Green Valley ya anunció que está buscando la aprobación para comercializarlo en el extranjero, con planes de iniciar ensayos clínicos en EU. y Europa a principios de 2020.

De corroborarse los resultados, se contaría efectivamente con un nuevo tratamiento para hacer frente a la enfermedad, lo que también implica avanzar en mejores métodos de diagnóstico, advierte la doctora Durán. “En las primeras etapas, los casos son súper difíciles de detectar, y es en esos casos en quienes este nuevo tratamiento ofrecería una alternativa de retrasar la progresión de la enfermedad“.

La enfermedad de Alzheimer es un desorden neurológico progresivo e irreversible, que se caracteriza por la pérdida de memoria y afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Se estima que la cifra aumente con el envejecimiento de la población.

Sus causas son multifactoriales y no se conocen por completo, lo que ha retrasado el avance tanto de métodos de diagnóstico como de herramientas de tratamiento y prevención.

AGENCIAS