MÉRIDA, Yucatán, lunes 18/11/19.- Mientras que al policía tizimileño Diego Martin C.C., lo expulsaron de la corporación, porque en su día de descanso chocó ebrio, al policía de Mérida que agredió a un ciudadano “lo investigan”, a pesar de lo claro de la agresión de ese oficial.

De la intolerancia a la laxitud son estos dos casos, ante la falta de capacidad de los jefes policiacos de tener criterios bien definidos ante acciones de sus subordinados.

El martes publicamos que, luego de protagonizar un aparatoso accidente de tránsito, Diego Martin C.C., fue expulsado de la policía tizimileña; el domingo en la noche el uniformado circulaba a bordo de un auto Tsuru, color rojo, pero debido al estado de ebriedad con el que manejaba, perdió el control del vehículo y se estrelló contra dos bardas. Se comprometió a pagar los daños, pero aun así lo corrieron.

Ese mismo martes publicamos que un agente de la Policía Municipal Meridana, ante una presunta agresión verbal o amenaza, descendió de su patrulla y agredió a un ciudadano, al que golpeó, pateó y agarró del cuello.

Aunque lo que se ve no se juzga, más tarde la Comuna anunció que investigará el hecho, aunque en un vídeo se ve clara la agresión, se va la cara del agente y se ve el número de patrulla en la que iba.

Para el alcalde de Tizimín Mario González González beber en tu día de descanso y sufrir un accidente es malo y condenable. Suponemos que él (el alcalde) no bebé en su día de descanso ni nuca porque ser alcalde implica trabajar a todas horas.

En el otro extremo, el jefe de la policía meridana Mario Romero Escalante dice que investigará algo que es EVIDENTE. La suspensión del agente debió ser INMEDIATA y luego investigar porqué agredió al ciudadano. La agresión no se puede investigar porque es muy clara. Se debe investigar la razón de la agresión, mientras el policía debe ser suspendido.